50 años de fútbol en fotos
El País - Miguel Morenatti - 10 feb 2017
El fotógrafo Raúl Cancio muestra una selección de sus mejores imágenes en los terrenos de juego y habla de su profesión.
"Raúl, humaniza el fútbol con tus fotos, procura sorprender al lector, muéstrales imágenes de momentos que no hayan visto durante el partido." Fue el consejo que en 1965 le daba un joven Juan Luis Cebrián, presidente de administración del consejo del Grupo PRISA, al fotógrafo Raúl Cancio en su primer día de trabajo, en la redacción del desaparecido diario Pueblo.
Desde entonces, Cancio ha estado haciendo del fútbol arte. Desde Di Stéfano a Cristiano. De los barrizales a los campos cinco estrellas. Desde las cámaras analógicas a las digitales. 50 años de historia del fútbol en España resumidos en una exposición de fotografía que APDM ha organizado.
Raúl Cancio (Madrid, 1943) empezó a hacer fotos con una Pentax y un 50 mm, sentado junto a la portería, donde era fácil que algún fotógrafo fuera la diana de algún balón perdido. Pronto empezó a destacar entre el resto. Fue uno de los primeros en usar un teleobjetivo 135 mm, lo que le permitía alejarse de la portería y hacer diferentes planos. Para Juan Carlos Tirado (jefe de fotografía del diario As), Raúl Cancio fue un referente. " Revolucionó la fotografía deportiva, empezó a hacer primeros planos, gestos, fotos que pronto serían copiadas por el resto".
Cancio empieza a trabajar en el diario Pueblo en 1963, donde estuvo 17 años. En 1980 se incorpora a EL PAÍS. Fundó la revista Don Balón y, fue subdirector del Diario As entre 1996 y 1998, para luego incorporarse a EL PAÍS como redactor jefe de los suplementos dominicales. Ha cubierto cinco Mundiales de fútbol, cuatro campeonatos Europeos, tres Juegos Olímpicos y tres Campeonatos del Mundo de Atletismo.
Si el partido se jugaba por la noche; que las fotos estuvieran reveladas antes del cierre de edición del periódico, con los medios que había hace 40 años, era toda una aventura. "En el descanso, un motorista llegaba a la puerta del estadio para recoger los carretes y llevarlos a la redacción para revelarlos. Para que el técnico de laboratorio supiera a qué sensibilidad habíamos forzado el negativo, mordíamos el carrete; si el laborante veía la marca de un mordisco, las fotos estaban forzadas a 800 ISOS, si había dos, a 1600 ISOS", cuenta Cancio. Los conductores de autobuses también se convirtieron en una pieza clave para que los corresponsales de los pueblos pudieran mandaran sus fotos. Al chófer se les entregaban los carretes, para luego ser recogidos en la estación por un motorista, que los llevaba a revelar al laboratorio del periódico.
La luz artificial de los estadios era tenue, las lentes no eran luminosas y las películas no llegaban a 800 ISOS. Con esas condiciones, a veces la velocidad de obturación no superaba 1/125, lo que había que esperar a que los jugadores estuvieran casi parados para que no salieran movidos en la foto. Las cámaras eran lentas; hasta que no salieron los primeros motores de arrastre, las fotos se hacían una a una. A todo esto, hay que sumarle que los objetivos había que enfocarlos manualmente, con lo cual, hasta que no se revelaban las fotos no se sabía si estaban enfocadas.
Raúl Cancio lo tiene claro. "Di Stéfano era Dios. No tenía la técnica Messi, que es prodigiosa, ni el físico de Cristiano, pero Alfredo era el futbolista que hacía jugar a los 10 restantes, fuesen buenos o malos, todos los domingos los hacía jugar".