Grand Slam cumpe treinta años

 

.En abril de 1991 salió al quiosco el número 1 de esta publicación especializada en tenis, entonces por 400 pesetas. En aquella primera portada la protagonista era Monica Seles, golpeando su singular derecha a dos manos, que lucía el número 1 mundial. Con Seles se abría la entrega de posters coleccionables que durante años incluyó la revista cada mes.

La publicación inaugural también anunciaba los reportajes de Circuitos Internacionales de Cayo Vizcaíno, Boca Ratón e Indian Wells, y el Avance de Conde de Godó, III Open Femenino Seat y Gran Premio de Madrid y su clásica sección de breves ‘Saques y voleas’.

Así arrancó lo que hoy es la publicación decana del deporte de la raqueta en España, y una de las grandes y reconocidas en el mundo; sustentada en tres esenciales pilares desde el origen hasta hoy: su creador y director, el polifacético comunicador Miguel Ángel Zubiarrain, el co-director informativo y consagrado periodista deportivo Fernando Carreño y la elegante y diplomática directora de publicidad María Sánchez.

Zubiarrain, Zubi para la mayoría, había iniciado una aventura tenística como fotógrafo en Tennis Ball con Basilio Rogado (director de Hora 25) y Joaquín Molpeceres (expresidente de la FTM), que jugaban juntos al tenis en La Moraleja. Zubi acudió a Wimbledon en 1980 y reconoce que “ni siquiera recuerdo cómo conseguí entrar, pero cubrí la información de aquella final que Borg ganó a McEnroe”. 

La revista arrancó en el grand slam londinense y cerró tras su noveno número, pese a ello, quien ideó el museo y la biblioteca de Wimbledon, Alan Little (que trabajó para el torneo desde 1948, y falleció en 2017), consiguió de Miguel Ángel aquellas nueve ediciones para su exhibición permanente.

Tras las dos primeras incursiones de Zubi en el All England Club (1980, 1981), llegó la de 1982, que ya coincidió con su primer grand slam completo, por lo que el fotógrafo y periodista ha superado sus 150 grandes, casi 120 con Grand Slam de Tenis.

Zubiarrain pasó por otras revistas y siguió viajando, hasta que a finales de 1990 proyectó su propia publicación, la que vio la luz en la primavera de 1991, que ha llegado a superar los 100.000 lectores en diferentes épocas y que, por supuesto, goza de colección completa en la misma biblioteca de Wimbledon.

Grand Slam de Tenis recogió en su primer año noticias como la victoria de Emilio Sánchez Vicario sobre Sergi Bruguera en el Trofeo Conde de Godó, en el que Boris Becker, junto a su compatriota Eric Jelen, fue subcampeón de dobles. Precisamente, Becker fue el primer cabeza de serie de un cuadro individual en el que también estaban Guy Forget, Andre Agassi, Goran Ivanisevic o Andrés Gómez. Becker había ganado antes el Open de Australia, como Monica Seles. 

Ese 1991, Jim Courier y Seles vencieron en Roland Garros, Michael Stich y Steffi Graf en un Wimbledon que habló alemán (Becker fue subcampeón) y Stefan Edberg y Seles en el Open USA; nació el ATP Challenger Tour como tal, y Jordi Arrese fue el campeón del Grand Prix de Madrid.

Grand Slam de Tenis ha pasado por tres fases de diseño y formato, casi en coincidencia con las décadas. 

Comenzó con una portada como enmarcada en verde, en cuya cabecera aparecía la palabra Grand en mayúsculas y en amarillo, Slam también en mayúsculas pero en rojo y al pie de esta palabra una pelota amarilla que contenía el sustantivo Tenis. Así fue hasta 2001. 

En 2002 llegó el cambio de portada, con el que se perdió el marco verde y entraba una gran foto a plana completa -generalmente con fondo oscuro-, con una cabecera donde Grand pasaba a ir en bandera a la izquierda y variando de color, y Slam crecía en tamaño y en verticalidad y pasaba a ser amarilla, como la pelota que seguía conteniendo la palabra tenis, que ahora pasaba a situarse junto a la tercera pata de la M. 

El diseño aguantó hasta culminada la temporada 2013, ya que en 2014 llegó el actual formato de revista, incorporando lomo e identidad en el mismo, con predominio del blanco en su portada y la foto de nuevo en caja; en la que aparecen más discretamente las palabras Grand Slam, alternando sus colores originales, ahora Grand en rojo y Slam en amarillo, pasando la pelota amarilla con Tenis, que es la única que ha mantenido las formas en las tres décadas, a la parte superior de la M. 

Desde sus primeras entregas, la decana del tenis ha presumido de una mancheta de lo más ilustre, en la que han figurado, aún lo hacen la mayoría, corresponsales y amigos en cinco continentes, y colaboradores como Manolo Santana, José Luis Arilla, Andrés Gimeno, Pepe Higueras, Manolo Orantes, Luis Mediero, Javier Sansierra, el sudafricano Dennis Van der Meer, el estadounidense Nick Bollettieri y hasta el cocinero Karlos Arguiñano.

Hoy, me siento honrado de poder escribir esta historia. Como lector, llegué tres años tarde a la fiesta, pues empecé a demandarla en los quioscos en la primavera de 1994, pero ya no dejé de tenerla en mis manos y de hacerla leer en todos los eventos en que yo intervenía. Por fortuna, puedo considerarme sensible colaborador de Grand Slam de Tenis desde hace ya 19 años.

Y para celebrar la entrada en el año 30 de la prestigiosa revista española, de rango internacional, cerramos este artículo con las opiniones recabadas, recientemente, entre algunos de sus más distinguidos colaboradores.

Manolo Santana: “Zubi es tenis. Su dedicación, colaboración y amor por este deporte lo convierten en un compañero de viaje de tantos años, al lado de todos los grandes tenistas. Su revista es un sello de pasión, seriedad y profesionalismo absoluto. Siempre le querremos. Aunque he aparecido muchas veces en Grand Slam de Tenis, en realidad, mi implicación ha sido leerla cada vez que sale, durante tantos años. Con Zubi, también, reír juntos, contando nuestras batallas”.

José Luis Arilla: “Me encontraba con Zubi cuando yo era comentarista en RTVE y él empezó con la revista. Yo era el responsable de Sergio Tacchini y hacía publicidad, por lo que también manteníamos ese contacto; y como teníamos cierta amistad, pues de vez en cuando me pedía colaboraciones y yo lo hacía con mucho gusto. Me parece que es una cosa histórica y bonita y que Miguel Ángel ha de estar muy feliz de que así sea. Yo le felicito, desde luego, como amigo y como profesional”.

Manolo Orantes: “Todo lo que fuera hacer cosas para el tenis me gustaba mucho. Desde que conocí a Zubiarrain, he visto que siempre ha sido muy trabajador y muy colaborador y amante del tenis; siempre ha trabajado bien la revista, la ha actualizado muy bien, con muy buenos artículos; o sea, que siempre ha estado haciendo muy bien las cosas. Para la revista, me pedían opiniones, y recuerdo un artículo en el que hablé de por qué no educar a los padres (para establecer la óptima relación profesor-jugador-padre), que tuvo mucho éxito y lo tenían expuesto en todos los clubs. Cuando la gente venía al mío, me felicitaba”. 

Javier Sansierra: “El gran mérito de Zubi (y su equipo), después de casi 30 años, es haber mantenido su credibilidad tan intacta como su pasión por el tenis. Recuerdo cuando me preguntó durante el Gran Prix Nabisco de 1990, en la entonces Real Sociedad Hípica del Club de Campo de Madrid, si aceptaba ser uno de sus colaboradores; acepté gustosamente y, desde entonces, mi modesto nombre figura en esa lista junto a otros ilustres como José Luis Arilla o Manolo Santana, todo un honor”. https://revistatenisgrandslam.es/

 POR GOYO IBORT

 

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